El sentimiento de carencia

¿De dónde viene el sentimiento de necesitar? Necesitamos comer, respirar, beber agua... las necesidades básicas para sobrevivir; pero ¿que pasa con ese sentimiento de que algo falta para sentirnos en completa felicidad? La felicidad está desvirtuada, de la misma manera que el amor lo está. Se ha construido un imaginario social respecto de lo que felicidad significa, y que paradójicamente ese imaginario social basado en conseguir materiales externos nos aleja aún más de la verdadera felicidad. ¿Qué es ser feliz para ti? ¿Que agradeces tener que te da felicidad día a día? ¿Qué crees que necesitas para ser feliz?

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Cuando estés mal cuando estés sola... MEDITA

En el momento de comenzar a escribir este post, vino a mi cabeza la canción de Charly García titulada "De mí" y siento que el sentido de dicha conexión con el mensaje de este post es clara. Cuando estés mal, cuando estés sola y sientas que estás en el peor momento, es inútil tratar de conectar con cualquier factor externo (persona, sustancia, situación). Conecta contigo que es el lugar en el que más segura puedes estar.

Es impresionante como el silencio nos puede llegar a dar las respuestas que necesitamos y así poder llegar a la conclusión de que lo peor que nos ha pasado (o nos esté pasando) es lo mejor que nos puede pasar.

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La frustración

El peor engaño cultural del cual somos cómplices en occidente es el que nos lleva a creer que la felicidad se basa en que las cosas pasen como queremos. Nada más frustrante entonces (y causante de infelicidad) que encontrar que las cosas no pasan como se desea y ahí el origen de la gran mentira.

Ser feliz por el contrario consiste en estar bien con lo que se tiene y lo que se vive, siendo conscientes de nuestras necesidades intrínsecas sin dejarse llevar por aquellas “necesidades creadas”.

Olor a vida

Huelo el miedo de quien es cobarde, de quien teme que se le conozca en serio. Intuyo el tembleque del sudor pavoroso de quien le aterra dejar en evidencia un trauma antiguo, la palabra no dicha, el llanto compungido a escondidas. Y es que esa gente nunca ha tenido el placer de encontrarse con personas que les exploren salvajemente... con el cuidado que solo las fieras tenemos y nuestra capacidad de tomar los corazones con la mano, saborearlos mientras laten y devolverlos a su refugio intactos, después de haber gozado su perfume a vida.

Domando Palabras

Llegaban a sus manos todas alborotadas, entusiasmadas, amontonadas, exitadas por el hecho de llegar a ser protagonistas de sus frases. Él con la paciencia de un gentleman, las tomaba una a una, las acariciaba, las calmaba y si era necesario las consolaba luego de haberlas dejado en un segundo plano. Si había que tacharlas o borrarlas lo hacía con determinación porque sabía que si se dejaba liar por ellas serían capaces de tomar el control de la redacción confinándolo al anonimato y eso era el acabóse de cualquier autor. Una vez terminado el ritual él carraspeaba, respiraba hondo para disponerse a leerlas y así permitir que ellas sintieran por un segundo el lujo de ser palabra en su boca.